Burbuja del alquiler: ¿Es posible encontrar vivienda a un precio asequible?

Ladrillos pared

Me preguntaba un seguidor del blog que si éste estaba hecho solo para inversores o propietarios. Para nada. El blog es para todo el mundo, sea cual sea su bando. Yo soy el primer defensor del equilibrio en un mundo inmobiliario. El sector ha demostrado ser un creador continuo de asimetrías y debe ser regulado y subsanado. Hoy os quiero hablar de lo que muchos llaman emergencia habitacional. Está relacionado con la burbuja del alquiler.

Burbuja del alquiler

Ya hace un par de años, allá por 2016 pudimos ver como ante la nueva crecida (o recuperación) del precio de la vivienda y el endurecimiento de las condiciones de financiación, gran parte de la población optó por el mercado de alquiler. Hoy estamos a 2018 y el problema no ha hecho más que agravarse. Se han superado en algunos casos los precios previos al estallido de la burbuja en el año 2007-2008. A este ritmo, España será un continuo creador de burbujas si no se pone fin desde las administraciones. Recomiendo el artículo del 19 de Abril de 2018 de Iñigo Aduriz en eldiario.es al respecto de este tema.

Y es que no es un tema ya de mercado. Desde el Franquismo, la política española en cuanto a la vivienda ha consistido en garantizar su acceso a la población y fomentar la construcción como motor económico. En mi opinión, este es uno de los grandes problemas. El primero no se ha conseguido, ya que la vivienda, siendo un bien de primera necesidad, ha venido sufriendo un proceso de mercantilización que ha fomentado su especulación. El negocio surge precisamente de la necesidad y cuanto mayor es ésta, mayor es el margen de beneficio. Y si el motor económico de un país es la construcción, entonces el que está en entredicho es el sistema productivo del territorio, el cual necesita de esta necesidad para seguir arrastrando a los otros sectores.

Este disparate es el que provocó que miles de jóvenes dejaran su formación de banda por ponerse a trabajar en la industria del dinero fácil. Este mismo disparate es el que provoca que en el ansia de beneficio un propietario duplique el precio del alquiler a su vecino para obtener un extra con la excusa “del mercado”. Se trata de responsabilidad y estamos precisamente en una espiral de irresponsabilidad.

Soluciones desde la administración

Aunque el mundo occidental vive una ola neoliberal que pretende fomentar la desregulación, es precisamente la regulación una vía para salir de este embrollo. El encrudecimiento de la situación podría provocar (si no lo está ya provocando), un malestar y una desigualdad que podría generar conflictos futuros.

Sería un buen momento para plantear un nuevo modelo de alquiler. Si los contratos volvieran a ser de al menos 5 años en lugar de 3, ya se ganaría un espacio de tiempo como para no tener que soportar una revisión al alza. Pero si fueran de aún más largo alcance, como de 5 a 10, habría el riesgo de reducir aún más la poca oferta de vivienda de alquiler.

El problema de España sigue siendo la poca oferta de vivienda de alquiler en comparación con la demanda. Ya os digo que siempre que he alquilado una vivienda, ha sido porque era el primero en visitarla. Si eres el segundo, no la alquilas. Hay escasez, incluso en momentos de crisis. Es la administración que debería equilibrar esta balanza: por una parte proteger al inquilino con contratos más estables y por otra proteger al propietario dándole incentivos a poner en alquiler sus propiedades, por ejemplo, con deducciones fiscales adicionales.

Incremento de la desigualdad y normalización de la precariedad

Y es que más allá de la regulación del mercado inmobiliario, hay otro trasfondo, que es el incremento de la desigualdad y la normalización de la precariedad laboral, que ha crecido durante la última crisis y sigue incrementándose debido al endurecimiento de la competencia laboral derivada del mercado global. La competitividad de las empresas y la desregulación comercial provoca que el eslabón más débil sea quien sufra las consecuencias y por lo tanto que acabe pagando por todos. Salarios menores, precios más caros es lo mismo que decir peores condiciones de vida.

Vivienda a precio asequible

Los más creativos buscan soluciones en el mismo mercado, como alquilar espacios más grandes y compartirlos con otras familias. Alejarse de los núcleos con mayor precio metro cuadrado. Incluso alquilar espacios mediante plataformas de AirBnB para pagar parte de los alquileres.

Ayuntamientos como los de Barcelona han puesto en marcha medidas como obligará a destinar el 30% de la vivienda de nueva construcción o rehabilitación de nuevos espacios a vivienda protegida. Esta medida pretende paliar la creciente especulación y habilitar espacios para los sectores más vulnerables. Asimismo, ayuntamientos como los de Madrid disponen una amplia oferta de viviendas de protección oficial, aunque con requisitos duros para poder acceder.

En casos de emergencia habitacional, recomendamos buscar en bolsas de vivienda social en los ayuntamientos (suele haber lista de espera) u otras soluciones como Obra Social La Caixa. La entidad bancaria ha decidido poner a disposición de los más necesitados parte de su vivienda en stock. Es una manera de poder dar salida al exceso de ladrillo y a la vez asociar su imagen corporativo a la obra social, como cuando eran una Caja de Ahorros.

No dudéis en ir población por población a preguntar a la bolsa de vivienda. Muchas veces insistimos en vivir en nuestro barrio cuando puede ser una solución ir al pueblo de al lado a vivir. Cuando la necesidad aprieta, hay que ser creativos. El ciudadano debe defender sus derechos, y se debe exigir a los ayuntamientos que nos ayuden a salir adelante. Recordad que la vivienda digna es un derecho constitucional, por lo que, si estás en un apuro, es tu derecho exigir que te ayuden.

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